Del Pilates suelo al Reformer: cómo cambia tu cuerpo y tu práctica
Departamento Comunicaciones
may 19, 2025
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Del pilates suelo al Reformer: cómo cambia tu cuerpo y tu práctica
Cuando alguien empieza en Pilates, lo más habitual es comenzar en el suelo. Solo necesitas una colchoneta y tu propio cuerpo. Sin embargo, cuando esa misma persona prueba por primera vez el Reformer, la experiencia cambia por completo. ¿Qué pasa en el cuerpo y en la práctica al hacer esta transición?
No es solo una máquina: es un entorno completamente distinto
El Reformer no es simplemente un aparato “más avanzado” o “más cómodo”. Es un entorno que desafía la estabilidad, modifica las palancas del cuerpo, y ofrece resistencia tanto en la fase concéntrica como excéntrica del movimiento, gracias a sus muelles y al carro deslizante. Esta combinación genera un nuevo diálogo entre el cuerpo y el movimiento.
Lo que cambia en tu cuerpo al pasar del suelo al Reformer
1. Mayor conciencia corporal
En el suelo, el feedback propioceptivo es más directo: estás en contacto constante con una superficie estable. En el Reformer, el carro se mueve, y de repente, lo que antes parecía fácil (como una elevación de pelvis) requiere control fino para evitar deslizamientos o descompensaciones. Esto obliga al cuerpo a afinar su percepción y coordinación.
2. Estabilizadores en acción
El Reformer exige más trabajo de los músculos estabilizadores, especialmente en movimientos unilaterales o en posiciones inestables (como rodillas en el box o pies sobre el footbar en supino). Esto mejora el control del core y de la musculatura profunda de la cadera y la cintura escapular.
3. Activación muscular más precisa y sostenida
Los muelles ofrecen una resistencia progresiva y constante, lo que obliga al músculo a activarse durante todo el rango de movimiento. A diferencia del suelo, donde muchas veces el peso del cuerpo es el único estímulo, el Reformer permite dosificar y mantener esa activación en rangos amplios y seguros.
¿Y la mente? También cambia
El Reformer añade una capa mental extra. Hay que pensar en la dirección del carro, en la fuerza de los muelles, en los puntos de contacto y en el alineamiento del cuerpo en un sistema en movimiento. Esta complejidad no abruma: estimula. La mente se conecta de manera más profunda con el cuerpo, especialmente cuando la práctica está guiada por una persona que sabe modular la progresión.
¿Entonces cuál es “mejor”?
Ninguno. O mejor dicho: ambos son complementarios. El suelo te enseña lo esencial: control, respiración, alineación. El Reformer traduce esos principios a un entorno más dinámico, variable y ajustable, donde puedes escalar o suavizar según tu nivel, objetivo o estado físico.
Conclusión: una práctica, dos caminos (que se encuentran)
Pasar del suelo al Reformer no es dejar atrás lo básico. Es profundizar en ello desde otra perspectiva. Y si tienes la oportunidad de integrar ambos en tu práctica, verás cómo cada uno potencia al otro. No se trata de elegir entre Mat y Reformer, sino de entender cómo juntos pueden llevarte a un cuerpo más consciente, fuerte y coordinado.
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Autor
Victoria García
TSAF & CAFD ▫️ Entrenadora personal ▫️ Pilates Reformer y Pilates suelo
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